viernes, 8 de junio de 2007

Justicia

A José Ignacio de Juana Chaos se le ha vuelto a mandar a la cárcel (al menos para cumplir lo que queda de su ínfima condena) y a Arnaldo Otegi se le ha mandado igualmente a la cárcel a cumplir una condena por enaltecimiento del terrorismo en un homenaje a el etarra Jose Miguel Beñarain ("Argala") en el 2003. Hasta aquí estamos todos en la misma página, todo va muy bien, sin embargo estos hechos constituyen un cambio de parecer sobre lo que es justo un tanto alarmante.

¿Hay alguien que sepa explicarme cómo puede ser que fuera justo hace unos días dejar que un hombre que asesinó a 25 personas regrese a su casa por haber comenzado una huelga de hambre y ahora es justo llevarle de nuevo a la cárcel y autorizar que se le de de comer forzosamente hoy? ¿Podría alguien explicarme cómo es que un hombre puede ir de ser un interlocutor válido y "un hombre de paz" según las palabras de el presidente del gobierno de un Estado democrático dentro de la Unión Europea, a que le manden a la cárcel por el delito de enaltecer al terrorismo de un día para otro, sin que haya cometido ningún nuevo delito ni se haya hecho pública ninguna nueva información sobre sus actividades? ¿Cómo es que puede pasar Alfredo Pérez Rubalcaba de alegar "razones humanitarias" para sacarle a de Juana de la carcel, pues corría peligro de muerte al padecer "un deterioro orgánico irreversible que le podría provocar un colapso inminente" a asegurarnos firmemente que no será conducido a su domicilio "en ningún caso"? ¿Acaso cambió la naturaleza del crimen de este sujeto? Es tan obvio el repentino cambio de parecer sobre lo que es o deja de ser justo que no tuve más remedio que estar de acuerdo con el sinvergüenza de Pernando Barrena cuando dijo que es un hecho de gravedad que el mismo gobierno que calificó a Otegi de "hombre de paz" ahora le mande a prisión.

Pero, ¿qué ha cambiado desde entonces? No señores, sabemos muy bien que no han cambiado los hechos, pero también sabemos que los hechos importan poco en la patraña que es la justicia española. Antes se hablaba con ETA, y dejarle sólo a Otegi y dejarle salir a de Juana fueron los más grandes y mas obvios gestos del gobierno a la banda terrorista, pero ahora ETA ha roto el "proceso" y el gobierno quiere castigarles. Ésto no es justicia, la justicia tiene que basarse en los hechos y no en el ambiente político. José Ignacio de Juana Chaos (y lo repetimos hasta la saciedad) es un canalla que asesinó a 25 personas y merece pudrirse en la cárcel, no porque ETA haya anunciado que vuelve a las andadas. Otegi es un impresentable que merece estar en prisión, no porque ETA vaya a volver a matar, sino por su constante labor en la causa de los asesinos y sus constantes burlas a los que sufrieron los ataques en carne propia, así como el conjunto de la ciudadanía española. Que el gobierno, y en especial el Ministro de Interior defienda la medida porque "las circunstancias han cambiado" me parece causa de verdadera vergüenza.

La justicia no es relativa, un criminal es un criminal y no deja de serlo únicamente porque se ha comprometido su organización a no volver a cometer crímenes. Espero (en vano) que el gobierno haya aprendido del error del "proceso de paz", el error de usar buen talante para resolver el problema del terrorismo y no el estado de derecho, que es lo que se debía haber echo desde un principio. Éste es el momento de dejar de gritarse los unos a los otros, unos por ser blandos contra el terrorismo y "bajarse los pantalones", y otros por "usar el terrorismo como arma arrojadiza". Unos y otros están usando el terrorismo como arma electoral (sólo que a unos les salió el tiro por la culata) y ambos han protagonizado treguas con la banda. Ahora es la hora de volver al ataque. ETA se ha rearmado gracias a la estulticia de nuestro actual presidente, que defiende sus errores apuntando que el presidente anterior también los cometió como si el hecho de que él repitiera el mismo error no fuera en contra suya, y ahora toca desarmarla de nuevo. Ahora toca volver a una presencia de la guardia civil y de la policía en la autonomía Vasca y una investigación y acción policial contundente para terminar con la lacra del terrorismo. La cosa no podría estar mejor, Nicolás Sarkozy necesita apoyo para sacar su mini-tratado europeo adelante, y está más que dispuesto a colaborar en la lucha contra ETA.

Es el momento, la oportunidad se nos presenta, ahora lo único que hay que hacer es dejar a un lado la tontería y tomar el toro por los cuernos.

La Verdad en Camisa


Dice Quevedo que "no se debe mostrar la verdad desnuda sino en camisa", y es que no somos capaces de mostrarla desnuda. El ser humano es, por naturaleza, político en su manera de presentar las cosas. Intenta hacer de lo que dice una cosa atractiva, una tentación. Y es que, en bruto, la verdad no atrae. La verdad es tónica amarga que nosotros intentamos dulcificar con nuestra mayor o menor habilidad con la palabra.


Todo lo cual no quiere decir que se es deshonesto. Lo que se presenta, en última instancia es la cierto. Lo que intentaré en este blog es mostrar siempre la verdad, o por lo menos lo que yo opino que es la verdad (que como humano me equivocaré, eso lo tengo por seguro), pero sin la pretensión de mostrarla desnuda, sin adornos. Dar la verdad sin adornos no entra dentro de las capacidades del hombre. Prefiero intentar mostrarla honesta, recatada, vestida como mejor pueda vestirla, pero sin pervertirla, con franqueza, intentando protegerla de los embistes de la perversión de la capacidad humana para revestir la verdad: la mentira.

El ser humano tiene la habilidad de dulcificar la palabra, pero también tiene la habilidad de pervertir ese don. Esas mismas palabras bonitas y atrayentes las usa para adornar la mentira, para adornar una falsa y deshonesta creación que intenta destronar la verdad y confundir a todo el que escucha.

Defendamos la verdad, otorguémosle las palabras más bellas que seamos capaces de darle, y sobre todo neguemos nuestra palabra a la mentira.